La Respuesta.
Yo siempre te amé más de lo que tú me amaste a mí, eso siempre lo tuve claro. Cuando hacías algo que me disgustaba, te perdonaba, aunque no lo merecieras.
Le pregunto a mi versión pasada cómo me enamoré de ti,
siendo tan diferentes, era insoportable la convivencia, y si embargo… yo te amaba.
Amaba cada parte de ti, y también odiaba mucho de eso.
Y ahora míranos ¡ambos con alguien más! Debí saberlo.
Piensa que fui tajante al alejarme de ti, quizás frívolo,
pero sabía que nada bueno podría esperarnos de ahí. Ni tú conseguirías paz, ni
yo conseguiría amar a alguien más.
Me aleje porque debíamos hacer las cosas bien en otra parte.
También porque debía demostrarte que no te necesitaba, y porque me derrumbaba
cada que me hablabas. No sé cómo explicarlo. Pero al igual que nuestro primer
beso, y cada vez que te veía, sentía como
una patada al estómago. Sentía nervios… y tantas cosas que no debía sentir.
A veces cuando los sentidos me traicionan, puedo oler tu
perfume en alguien más. Pero tras ello, recuerdo tu olor, el que había bajo tu
camisa y se percibía como tuyo y de nadie más. Porque te bese en lugares de la
piel, ansioso por, de alguna forma, besar tu alma.
Tú lograste besar la mía, y no habla de juntar nuestros
labios.
Sería odioso de mi parte pedirte que guardaras esta carta, o
que no compartieras esa canción, y que la retuvieras como un tesoro que nos
pertenece a ambos.
Yo también te deseo lo mejor, y no hables tan pesimistamente
sobre el presente. Ahora sé que eres feliz y los sentimientos que te hicieron
escribirme, han sido parte del pasado.
Espero, honestamente, él te amé tanto, como un día lo hice
yo.
Y sí que te recuerdo, siempre te recuerdo.
>>> Enviando...<<<
Comentarios
Publicar un comentario